 Cuando yo era una niña, muy bonita por cierto, los sabados por la noche, mis tios y mis papas se reunian elrededor de la mesa de nuestro unico cuarto en la casa de Tacubaya. Esto era despues de la cena haciendo sobremesa, a veces tomando una cerveza o algun te de hojas que mi mami preparaba. (¿donde estaba el cafecito?).
La cena, que regularmente era de huevitos con frijoles y salsa y muchas tortillas que especialmete los hombres engullian en un habrir y cerrar de ojos, despues presumian -yo me comi como diez, yo me comi como doce, yo me comi como quince y asi- haber cual era el mas tragon.
La tertulia comenzaba contando cosas que supuestamente les habian sucedido en guerrero, lugar muy prolifico en este tipo de historias. Todos competian por contar la historia mas espantosa de modo que la contaban con pelos y señales, y si les habia quedado una cicatriz o marca en el cuerpo, la usaban como evidencia y la lucian como un trofeo por haber sobrevivido esa experiencia tan terrorifica. Los cuentos iban desde aparecidos, fantasmas, enviados del diablo, si no es que el mismo diablo, animas que vagan sin encontrar la paz, animales endiablados, etc. etc.
A nosotras, nos mandaban a dormir, dado que la cena comenzaba como a las nueve de la noche y terminarian alrededor de las diez, se suponia que los niños tendriamos que irnos a dormir. Esa era una de las noches en las que mis papas no tenian que sufrir mucho para que obedecieramos y nos fueramos a acostar pues ya habian mencionado que contarian sus cuentos. Como ya mencione antes, nuestro "apartamento" era lo que podriamos llamar un "studio", para que suene mas refinado. Un cuarto que hacia las veces de sala , comedor, y dormitorio, de modo que nos acostabamos, nos tapabamos hasta las orejas y haciamos como que dormiamos, (con ronquidos y todo).
Una vez que supuestamente estabamos dormidos, empezaban a contar sus historias. Impresionantes todas, historias que me mataban de miedo, pero me atraian como un himan. Escucharlas me llenaba de escalofrios, me daba tanto miedo que sentia que en cualquier momento iba a soltar el llanto, sentia tambien unas ganas tremendas de hacer pipi pero me tenia que aguantar pues no queria delatarme. Lo mas terrible de todo es que mencionaban nombres de las personas que le habia sucedido lo que contaban y obviamente, cuando ibamos al pueblo me daban mas miedo todas las personas que yo sabia les habia pasado algo horrible o misterioso. Todo eso contribuia a la facinacion que tenia por todas las cosas de Guerrero. Aunque nunca supere mi miedo, y mi adrenalina trabajaba al triple, esas historias, mito o verdad, eran las que ponian la sal y la pimienta a nuestras vacaciones en el rancho.
Muchas historias tambien se contaban en la escuela, como esta era una mancion antigua se prestaba a dichos cuentos de terror. Una de las historias que me vienen a la mente es la de "el monstuo de la pata mocha" que se pasaba caminando por las calles y todos podian escuchar algo asi como clac, pac, clac, pac, clac pac. Para los que no tengan muchai maginacion en cuestion de cuentos de terror les aclaro que el clac, era el paso con el pie normal, el pac, era del muñon de la pata mocha. ¿No es escalofriante imaginar ese sonido en una calle sola y obscura?
Lo bonito de este cuento es que se puede volver realidad, reencarnando al monstuo en mi, solo que esta vez se llamaria algo asi como "el monstuo de la pata hinchada", y en esta ocasion el sonido seria diferente o sordo porque se supone que no devo caminar. ¿Como ven?
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